lunes, 3 de septiembre de 2012

Almacenan en ADN el contenido de un libro

Valiéndose de tecnología avanzada para la secuenciación genética, y de una nueva estrategia para codificar una cantidad de datos mil veces mayor que la alcanzada previamente en el ADN, el contenido de un libro coescrito por un genetista ha sido codificado en el lenguaje de la vida.
El equipo de George Church, profesor de genética en la Universidad de Harvard, y miembro del Instituto Wyss de Ingeniería Biomédica, adscrito a dicha universidad, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, ha codificado y almacenado en ADN el libro "Regenesis: How Synthetic Biology Will Reinvent Nature and Ourselves" ("Regénesis, Cómo la Biología Sintética Reinventará a la Naturaleza y a Nosotros mismos"). Una vez codificado en ADN, el libro ha podido ser leído y copiado con éxito mediante métodos bioquímicos.
Desde hace tiempo, el ADN ha fascinado a los científicos por su colosal capacidad como medio de almacenamiento de datos. No sólo destaca por su enorme densidad de datos, sino también por su bajísimo consumo energético, por su estabilidad que le permite conservar datos durante muchísimo tiempo, y por el hecho de llevar muchos millones de años siendo usado con éxito por la Naturaleza.
Aunque el proyecto completado por Church y sus colaboradores no es el primero en demostrar el buen potencial que posee el ADN como soporte para almacenar datos en formato binario, Church y sus colaboradores han combinado de forma pionera una tecnología punta para secuenciación genética con una nueva estrategia para codificar una cantidad de datos mil veces mayor que la alcanzada previamente en el ADN.
El equipo de Church, Yuan Gao (ahora en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland) y Sri Kosuri (del Instituto Wyss de Ingeniería Biomédica, dependiente de la Universidad de Harvard) usó código binario para almacenar el texto del libro, las imágenes y hasta la maquetación.
Mientras que algunos soportes experimentales para almacenamiento de datos, como por ejemplo la holografía cuántica, son muy frágiles, y requieren temperaturas bajísimas y un enorme consumo de energía, el ADN es estable a temperatura ambiente, requiere poquísima energía para la lectura y la escritura, y puede guardar su información durante millones de años.
Leer y escribir en ADN es más lento que en otros medios de almacenamiento de datos, pero el ADN resulta ideal para preservar enormes cantidades de datos durante mucho tiempo. En ese sentido, el ADN es una excelente cápsula del tiempo para conservar información. Y su capacidad de almacenamiento resulta también espectacular. En teoría, bastarían unos 4 gramos de ADN para almacenar toda la información digital que la humanidad genera en un año.
En iniciativas parecidas anteriores, los datos fueron codificados en el ADN de bacterias vivientes. Church y sus colaboradores optaron en cambio por usar microchips de ADN disponibles comercialmente, con el propósito de trabajar con ADN independiente.
Los investigadores codificaron el libro en bloques de datos de 96 bits, cada uno de ellos con una dirección de 19 bits para guiar con eficacia el reensamblaje. Incluyendo texto, imágenes en JPEG y maquetación en HTML, el código para alojar el contenido del libro requirió 54.898 de estos bloques de datos, cada uno con una secuencia única de ADN.
En el momento de escribir estas líneas, ya hay 70 millones de copias del libro almacenadas en ADN.
El equipo de investigación consideró la idea de incluir una copia de la obra en ADN en cada ejemplar de la versión en papel del libro. Sin embargo, dado que en éste Church y el otro autor, el escritor científico Ed Regis, abogan por una supervisión cuidadosa de todo avance en biología sintética, los autores del libro y sus colaboradores en el proyecto de almacenar su contenido en ADN decidieron practicar lo que predican, y no se incluirá con el libro en papel la versión en ADN, al menos hasta que la sociedad y las autoridades hayan debatido y regulado debidamente todo lo relativo a la seguridad y la ética de usar al ADN de esta manera. "Quizá en el próximo libro", se plantea Church.


http://noticiasdelaciencia.com/not/5047/almacenan_en_adn_el_contenido_de_un_libro/