SAN PABLO.- Usualmente, las bolsitas de residuos tardan siglos en degradarse, las pinturas no repelen bacterias, los pisos de concreto o baldosas son impermeables y muchos fármacos son difíciles de solubilizar y, por lo tanto, de absorber.
Sin embargo, una muestra que ayer se inauguró en el World Trade Center de esta ciudad, en la que se realizan 90.000 congresos anuales (uno cada seis minutos), exhibe envases de plástico que pocas semanas después de usarse desaparecen transformándose en agua y dióxido de carbono, pintura antibacteriana que impide la multiplicación de microorganismos durante dos años, pisos que drenan el agua para que vuelva a las napas subterráneas y un producto que aumenta la desintegración de los medicamentos para mejorar su absorción.
Estas y otras 17 innovaciones tecnológicas forman parte de la gira global Mercado de Innovaciones, que la compañía BASF ya desplegó en las ciudades de Mannheim, Bruselas, Detroit, Nueva Jersey, Florham Park, Charlotte, Houston, México DF y Toronto, y que desde aquí partirá a Shanghai, Bombay, Tokio y Seúl. Todas ellas fueron posibles gracias a la "alquimia" de la química y al trabajo conjunto de investigadores de la empresa con otras compañías, y con centros de investigación y universidades de varios continentes.
“Llevamos la innovación en nuestro ADN”, dijo en su presentación el doctor Alfred Hackenberger, presidente para América latina de esta empresa alemana creada hace 147 años, que emplea a más de 111.000 personas, 10.000 de las cuales son científicos, registra más de 73.000 millones de euros anuales en ventas e invierte 1700 millones de euros anuales en innovación y desarrollo, una cifra que representa alrededor de un 3% de sus ventas y casi el doble de lo habitual en empresas tecnológicas. “El 70% de esa suma se orienta a encontrar soluciones sustentables”, dijo Hackenberger a LA NACION, presente en el evento por invitación de los organizadores.
El caso del plástico biodegradable ilustra la concepción de desarrollo de este gigante multinacional que cada año introduce 1000 nuevos productos. Además de crear el material, se imaginó un ciclo cerrado en el que pudiera ser utilizado para contener alimentos (por ejemplo, en un estadio) y luego ser empleado como compost: el envase desaparece y los residuos fertilizan el área de relleno.
Lanzada el año último, la pintura antibacteriana produce una mutación en el ADN de microorganismos y les impide multiplicarse. Sus efectos fueron probados con Escherichia coli, Salmonella choleraesuis, Pseudomona aeruginosa y Staphylococcus aureus .
Una de las innovaciones más notables es el "piso drenante". Basta con agregar dos componentes derivados del poliuretano a materiales seleccionados, como granito o vidrio molido, para que 15 minutos después de extendido se solidifique y una hora más tarde pueda transitarse. Capaz de dejar pasar por sus poros hasta un 80% del agua caída y evitar inundaciones, ya está en uso en Europa, Corea y Estados Unidos.
Un párrafo aparte merece la iniciativa conjunta de BASF y Daimler que permitió hacer una prueba de concepto de múltiples nuevas tecnologías para el Smart, de Mercedes-Benz. Presentado el año último en el Salón del Automóvil de Fráncfort, incorpora desde células fotovoltaicas en el techo hasta llantas y chasis de plástico, filtros selectivos de radiación solar, aislación térmica y nuevas pinturas. Todo esto permitió aumentar un 20% su autonomía y disminuir un 30% su peso.
Un nuevo concepto de calzado en poliuretano, más liviano y fabricado con fuentes renovables, sistemas de purificación del agua, materiales para aislamiento de temperatura y sonido; pigmentos para filtros de color que se emplean en pantallas LCD, y paneles de madera más livianos y fácilmente reciclables son otras de las maravillas.
En la Argentina, BASF estableció colaboraciones con el Conicet, el INTA, el INTI, el ITBA y la Universidad Austral.
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