¿Qué podríamos
pensar si un día, al someter a una fuerte tensión estructural a una pieza de
metal agrietada, en vez de que dicha grieta se extienda más por la pieza, se
cierra?
Esto les ocurrió a
unos científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge,
Estados Unidos, y su asombro fue tan grande que inicialmente pensaron que debía
ser un error. Pero no era un error, como han comprobado tras un meticuloso estudio:
Bajo ciertas condiciones, cuando a una pieza de metal agrietada se la somete a
una tensión estructural fuerte, o sea, se ejerce sobre ella una fuerza que se
esperaría que la rompiera, experimenta el efecto contrario. La fuerza ejercida
hace que la grieta se cierre, fusionándose sus bordes y desapareciendo.
El sorprendente
hallazgo, hecho por el equipo de Guoqiang Xu y Michael Demkowicz, del MIT,
podría conducir a materiales que se autorreparen ante daños incipientes antes
de que estos daños puedan propagarse.
Al respecto de
cuál es el singular fenómeno que obra el "milagro" de que las grietas
se cierren en vez de propagarse, la explicación que ha encontrado el equipo de
investigación radica en cómo las fronteras de grano interactúan con las grietas
en la microestructura cristalina de un metal, níquel en este caso, que es la
base de "superaleaciones" usadas en entornos extremos, como en pozos
petrolíferos a gran profundidad bajo el mar.
http://noticiasdelaciencia.com/not/8562/los_extranos_casos_de_piezas_de_metal_agrietadas_que_se_autorreparan/
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